Las ciudades son inseparables de los estilos de vida acelerados. El aumento de los alquileres y los apartamentos "no tan pequeños" caracterizan los entornos urbanos, perpetuando la búsqueda de "más grande, más rápido y más". A medida que se desarrollan las economías y aumentan las necesidades humanas, se construyen edificios a un ritmo alarmante para acelerar el progreso. Los riesgos de la vida urbana se están exponiendo gradualmente, lo que genera dudas sobre acciones más intencionales. Una forma de volver a estilos de vida más lentos es volver a la arquitectura lenta.
Velocidad en la industria de la construcción
En el siglo XXI, los procesos de diseño y construcción se aceleran para mantenerse al día con la innovación y la tecnología en otros dominios. La producción en masa, la globalización y la necesidad de crecimiento se dan a costa del bienestar, la productividad y la calidad de vida. La estandarización y la prefabricación en la construcción han llevado a plazos de proyectos más cortos junto con una comprensión independiente del contexto. Los procesos dirigidos por máquinas dejan edificios desprovistos de carácter e influencia humana. Con la velocidad viene el compromiso a costa de nuestro medio ambiente, salud y cultura. Al crear espacios para que la lentitud albergue varios estilos de vida, el diseño arquitectónico puede promover una reconexión con el momento presente.
El movimiento lento
Como contracultura de la floreciente era de la información, el movimiento lento surgió de la necesidad de una vida más pausada. El movimiento apoya la acción realizada a un ritmo deliberado, no lento, impulsado por el pensamiento y la comprensión. Comenzó con el movimiento de “comida lenta” que surgió de las protestas contra las cadenas de comida rápida en Europa. Luego, la ideología se extendió a varios aspectos de la cultura y la vida, como la educación, la moda, el cine, la medicina, los viajes, las ciudades y la arquitectura.
Arquitectura lenta
La arquitectura lenta puede entenderse como espacios que promueven una vida desacelerada o espacios que se crean intencionalmente con el tiempo. La práctica alternativa está estrechamente relacionada con la sostenibilidad ambiental y fomenta la construcción con la naturaleza para estructuras duraderas. El proceso de diseño tiene en cuenta cuidadosamente las necesidades del cliente, los ocupantes y el ecosistema en el que se asienta el edificio. La arquitectura lenta insta al arquitecto y a sus ocupantes a pensar a largo plazo participando en el proceso de construcción de forma orgánica para producir productos reflexivos, responsables y diseños significativos.
Partiendo de la filosofía de su movimiento padre "comida lenta", la arquitectura lenta celebra el uso de ingredientes locales y sostenibles. Las estructuras duraderas hechas de materiales contextualmente relevantes y las tradiciones locales están diseñadas para combinarse y envejecer con la topografía del sitio. La historia del sitio y la cultura de su comunidad local juegan un papel crucial en la promoción de un sentido de auténtica regionalidad en el proceso de arquitectura lenta.
Practicando el diseño lento
Carolyn F. Strauss de Slow Research Lab junto con el facilitador de diseño Alastair Fuad-Luke postularon seis principios de diseño lento para inspirar a los diseñadores a abordar su trabajo de manera más intencional. Los principios fueron una respuesta a la necesidad identificada por el dúo de estrategias que tengan en cuenta la sostenibilidad social, cultural y ambiental en el diseño. Incluyen: revelar, expandir, reflexionar, involucrar, participar y evolucionar.
El estudio de arquitectura Kogaa, con sede en la República Checa, practica la arquitectura lenta y la sostenibilidad en estrecha conjunción. Al reutilizar materiales y estructuras de edificios completas, el estudio entabla un diálogo en torno al diseño lento, los edificios envejecidos y las demoliciones. En sus proyectos, especialmente las iniciativas de reutilización adaptativa, se lleva a cabo un "desarrollo lento" con la comunidad, diseñando e iterando gradualmente sobre sus demandas. En comparación con los procesos de desarrollo regulares, la práctica lenta de Kogaa explica los cambios en la comprensión del proyecto por parte de los ocupantes y el vecindario, donde se permite que evolucione la intención del diseño.
Las metodologías y los materiales artesanales locales comprenden la versión de los arquitectos de Manea Kella de la arquitectura lenta. El estudio británico encuentra simplicidad y sostenibilidad en sus diseños al emplear técnicas arquitectónicas nativas e incorporar aspectos del contexto de ubicación de los edificios. Una investigación cuidadosa de los precedentes históricos y vernáculos informa el resultado del diseño de Manea Kella para crear una arquitectura culturalmente relevante y duradera.
La arquitecta india Anupama Kundoo se involucra en el aprendizaje y la experimentación con mano de obra local para comprender el contexto geográfico y cultural de un sitio. A través de la colaboración concienzuda con los artesanos y albañiles de la región, sus diseños se guían por su inteligencia intuitiva de material y técnica. El trabajo artesanal permite una relación más estrecha con el proceso de diseño y construcción. Este enfoque permite la creación de una arquitectura atemporal y artesanal que se hace eco de su entorno.
Arquitectos lentos
La arquitectura lenta exige una reevaluación de las prácticas arquitectónicas. ¿Cómo se puede satisfacer la necesidad de un crecimiento rápido de manera metódica e intencional? ¿Cómo puede el espacio físico reflejar cualidades de vida lenta a través de su creación? La ideología apoya un diálogo en evolución sobre nuevos valores, cualidades y prácticas de diseño. El enfoque allanará el camino para un futuro sostenible y lento.
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